Deficiencia de serotonina: Depresión, irritabilidad y obsesión

Serotonina
Serotonina, hormona de la felicidad que precede a la melatonina, la hormona del sueño.  Bacsica/Getty Images

La deficiencia de un neurotransmisor llamado serotonina, que el cuerpo crea a partir del triptófano, puede causar un tipo de depresión caracterizada por tristeza, irritabilidad o estallidos agresivos, ansiedad, problemas de sueño y obsesiones.

El triptófano es un aminoácido que se encuentra en las proteínas que ingerimos con la alimentación. Una vez en nuestro organismo, se transforma en 5-HTP que, a su vez, se convierte en serotonina, un neurotransmisor que controla el estado de ánimo, el sueño (la serotonina es precursora de la hormona del sueño, la melatonina), el impulso sexual, el apetito y el umbral del dolor, entre otras funciones. Tanto el triptófano como el 5-HTP pueden comprarse en cualquier herbolario.

Síntomas causados por deficiencia de serotonina

La falta de este neurotransmisor puede producir una gran variedad de síntomas, como depresión, ansiedad, irritabilidad, pánico, síndrome premenstrual, problemas de sueño, o dolor muscular. Algunas personas presentan solo algunos de los síntomas, mientras que otras pueden padecer muchos de ellos.

  • Negatividad—Cuando los niveles de serotonina son adecuados, tu cerebro es capaz de producir emociones y pensamientos positivos, mientras que cuando son demasiado bajos predomina la negatividad, tiendes a pensar lo que te falta por hacer o lo que has hecho mal en vez de enorgullecerte de tus logros, ves el lado negativo de todo y te irritas con facilidad por cualquier cosa.
  • Ansiedad y obsesión—La deficiencia de serotonina puede provocar un tipo de depresión en que la persona se siente agitada y ansiosa. Está preocupada, se obsesiona pensando en algún problema o experiencia negativa y su conducta también puede volverse obsesiva o rígida (por ejemplo, es perfeccionista, le cuesta dejar algo para después aunque esté agotada, etc.).
  • Irritabilidad—La persona se siente irritada, impaciente, puede tener estallidos violentos que le cuesta controlar, o responder mal a sus seres queridos, con críticas e intolerancia.
  • Tristeza—Aparecen pensamientos y sentimientos negativos con frecuencia, se siente infeliz y piensa que siempre será infeliz y nada mejorará nunca, lo ve todo negro, no ve un futuro feliz, su pensamiento es pesimista y puede pensar en el suicidio.
  • Baja autoestima—También suelen tener baja autoestima, falta de confianza, miedos, pánico, timidez o ansiedad social, y tendencia a criticarse a sí mismos con dureza, pensar que no hacen lo suficiente, que no valen lo suficiente, y sentir culpa y/o vergüenza o llegar a sentir odio hacia sí mismos.
  • Problemas de sueño—Les cuesta dormirse por las noches o se despiertan demasiado temprano por la mañana, o varias veces durante la noche.

Causas de la deficiencia de serotonina

Esta deficiencia puede producirse por falta de triptófano en tu dieta debido a que no tomas suficientes proteínas (carne, huevos, pescado, pollo), o bien porque está siendo inhibida por el alcohol, la cafeína o edulcorantes artificiales como aspartame.

El estrés crónico también puede disminuir tus niveles de serotonina puesto que tu cerebro debe utilizar más cantidad para mantenerte tranquilo y centrado en momentos de estrés.

Las mujeres producen menos serotonina que los hombres, por lo que es más probable que puedan necesitar suplementos.

La serotonina es estimulada por la luz solar, de manea que la falta de sol puede afectarte, sintiéndote deprimido sobre todo en invierno. Así, una deficiencia de serotonina puede producir un trastorno afectivo estacional.

Muchos de los alimentos que consumimos en la actualidad son de baja calidad debido a que los suelos para los cultivos son pobres en minerales, en oposición a los productos ecológicos, cuya calidad es mucho más alta.

Si eres vegetariano tienes aún más probabilidades de estar haciendo una alimentación baja en triptófano porque la mayoría de alimentos vegetales contienen mucho menos triptófano que las proteínas de origen animal.

Si de pequeño no te alimentaron con leche materna es posible que la fórmula utilizada para alimentarte fuera pobre en triptófano, lo que pone a los niños en riesgo de deficiencia de serotonina y puede crearles problemas de sueño. La leche humana tiene una proporción mayor de triptófano que la leche de vaca o de soja.

La alimentación baja en grasas también puede acabar en deficiencia de serotonina, puesto que la grasa ayuda a aumentar la disponibilidad de triptófano en el cerebro. La negatividad, ira e irritabilidad aumentan con las dietas bajas en grasas.

¿Triptófano o 5-HTP?

El 5-HTP se obtiene de una planta llamada Griffonia simplicifolia, además de ser más barato que el triptófano, se va a transformar directamente en serotonina. Debe tomarse con el estómago vacío. Se usan cápsulas de 50 mg, que es la dosis por la que debes empezar. Toma una cápsula a media tarde y otra antes de acostarte, aumentando la dosis si ves que no es suficiente.

El triptófano no solo produce serotonina, sino también niacina (vitamina B3) y diversas enzimas y proteínas, por lo que resulta más nutritivo. Si tienes carencia de vitamina B3 es posible que tu cuerpo use el triptófano para fabricar dicha vitamina antes que serotonina. Debe tomarse con el estómago vacío y preferiblemente con zumo de frutas para facilitar su absorción. Se toman cápsulas de 500 mg (del mismo modo indicado para el 5-HTP).

Ambos necesitan algunas vitaminas del grupo B, magnesio y vitamina C para convertirse en serotonina, por lo que es aconsejable tomar un suplemento de todo el complejo B (50 mg, 2 cápsulas en el desayuno y 2 en la cena), de vitamina C con bioflavonoides (1000 mg de vitamina C y entre 300 y 500 mg de bioflavonoides, dos veces al día, con el desayuno y con la cena) y magnesio (entre 200 y 400 mg 2 veces al día, con el desayuno y con la cena).

En ocasiones, esto puede ser suficiente, pero es posible que tengas también otras deficiencias de aminoácidos, vitaminas o minerales, o que necesites también psicoterapia. No obstante, corregir las posibles deficiencias nutricionales debe ser siempre el primer paso en cualquier tipo de tratamiento. No tiene sentido pretender que arreglen un coche en un taller cuando lo que le pasa es que no tiene gasolina, ¿verdad?